Del juego, la sintáctica: Góngora

“¿Y qué decir de Góngora?” —escribe Octavio Paz— “Poeta visual, no hay nada más plástico que sus imágenes; y, simultáneamente, nada menos hecho para los ojos: hay luces que ciegan.” Y se me antoja citar un par de versos del cordobés:

En el cristal de tu divina mano

de Amor bebí el dulcísimo veneno…

Y nos podríamos seguir. Sin embargo, hoy quiero destacar las virtudes sintácticas de Luis de Góngora y Argote. Dicen que le gustaba jugar y apostar a las cartas. Seguro jugaba con las palabras. O mejor dicho, con los sintagmas o unidades elementales de la oración.

No soy un experto en el tema. Si acaso un aficionado al juego, al juego de la sintáctica (que imagino tendrá que ver con la estrategia). Recomiendo para avanzados y novicios un ejercicio interactivo en línea creado por Juan Ramón Arana sobre el soneto “Mientras por competir con tu cabello“. Es sencillo, sintético, no toma mucho tiempo, y no requiere Flash o navegador web último modelo.

Con la lectura de algunos poemas de Góngora y la práctica de los ejercicios propuestos por Juan Ramón Arana, me he dedicado a jugar con las posibilidades combinatorias de un par de oraciones. Por ejemplo, el epígrafe que aparece en la parte superior de las páginas de este sitio:

Con rayos láser y pixeles se escriben los mitos del nuevo milenio

De entrada hay que aclarar algunas cosas. El aforismo original lo escribí hace algunos años, antes de que el siglo pasado terminara. Entonces se leía así:

Con rayos láser y pixeles se escriben los mitos del próximo milenio

Como verán, lo he actualizado (en la jerga de sistemas digamos que más que un “upgrade” el aforismo simplemente requirió un “patch“). Además, en cierto modo ya está gongorizado. Una ordenación menos rebuscada (sujeto-verbo-predicado) sería:

Los mitos del nuevo milenio se escriben con rayos láser y pixeles

Finalmente, la palabra “pixeles”. En el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, aparece como “píxeles”. ¿Por qué lo escribo sin acento en la “i”? Hasta donde mi oído alcanza y amigos he escuchado, en México se pronuncia acentuado en la última sílaba. Supongo que es similar a otros anglicismos o americanismos que se pronuncian y, por lo tanto, se escriben diferente en España y México (desconozco todos los casos en Latinoamérica). Ahí está “fútbol” y “futbol”, “vídeo” y “video”, por citar algunos. Yo nací y vivo en México, por eso escribo “futbol”, “video”, y, en este caso, “pixeles”.

Regresando a la gongorización, ubico cuatro unidades intercambiables de orden en la oración mencionada:
(a) con rayos láser y pixeles
(b) se escriben
(c) los mitos
(d) del nuevo milenio
Ahora, a jugar con las posibilidades combinatorias: abcd, dcba, cdab, badc, en fin, a lápiz y papel:

Del nuevo milenio los mitos, se escriben con rayos láser y pixeles.

o

Los mitos del nuevo milenio, con rayos láser y pixeles se escriben

o

Se escriben, con rayos láser y pixeles, del nuevo milenio los mitos

Podríamos seguir hasta completar las 24 combinaciones posibles. Y por supuesto podemos estilizar un poco algunas de las variaciones:

Escríbense, con rayos láser y pixeles, del nuevo milenio los mitos

o

¡Nuevo milenio!, los mitos se escriben con rayos láser y pixeles

En fin, que en esto se le puede pasar a uno la vida. Desconozco si de Góngora sobreviven manuscritos y borradores. Me sería realmente interesante saber que tanto jugaba con las combinaciones sobre el papel (como Beethoven componía “bocetando” directamente en el piano) o escribía lo que le dictaba su cabeza (como Mozart escribiendo sus partituras “en limpio”). Supongo que tendremos que investigar más al respecto. De tarea tendré que buscar material de Dámaso Alonso.

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