El superdotado

Como si estuviéramos en una escena de alguna película de Star Wars, un futbolista profesional es puesto bajo una prueba similar a la que Obi Wan Kenobi somete al joven Luke Skywalker para confiar en la Fuerza. En el episodio cuatro de la saga cinematográfica, el aprendiz de Jedi es vendado para aprender a usar su espada láser sin usar la vista, y sólo usar ese extraño recurso llamado la Fuerza.

En el caso que nos ocupa hoy, Cristiano Ronaldo, futbolista portugués, espera un pase desde el tiro de esquina o corner hacia el área del guardameta. El balón se levanta del piso, Ronaldo lo observa y da algunos pasos hacia adelante para encontrarse con la pelota.

Parece una jugada de rutina para el futbolista, pero a medio vuelo del balón, todas las luces se apagan dejando el campo en total oscuridad. Una ceguera, similar a los ojos vendados del aprendiz de Jedi, no impide que Cristiano Ronaldo llegue con un cabezazo franco al balón y anote el gol, según podemos ver gracias a una cámara de visión nocturna.

Y no es un gol por casualidad, ya que el jugador portugués lo puede hacer una y otra vez: su cerebro sólo requiere que sus ojos vean cuando el balón se levanta del piso; después de eso, puede confiar ciegamente en lo que los Jedi llaman la Fuerza.

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El video con esta proeza del superdotado Cristiano Ronaldo se puede ver en youtube.com, y es solo un fragmento de algún programa de televisión.

La velocidad con que nuestro cerebro procesa la información recibida por los ojos, la pasa por el nervio ocular a través de la retina, luego al sistema visual para procesarla, su llegada al área psicomotora para activar los músculos necesarios y mover el cuerpo, esta velocidad, ya ha sido medida por la ciencia, y es de apenas unos doscientos milisegundos, es decir, una quinta parte de segundo (0.2 segundos).

El cerebro no necesita más de ese tiempo para saber qué hacer ante un estímulo visual conocido. Y todo esto es sin que nos percatemos de ello, sin ser conscientes. Quien se encarga de hacer este trabajo, para hacerlo más rápido, lo hace sin nuestro consciente, sin la voluntad o racionalidad.

En cambio, la parte consciente, la capacidad de percatarse de hacer las cosas y no sólo hacerlas, ya ha sido medida y es mucho más lenta. Por lo menos, de unos quinientos milisegundos, o medio segundo.

Mucho más tiempo que el que se necesita para reaccionar satisfactoriamente y anotar un gol con la poca información que Cristiano Ronaldo recibe antes de que apaguen las luces.

Después de anotar, los conductores del programa le piden a Ronaldo una explicación de cómo anoto sin luz. Como todo jugador profesional, él da una explicación creyendo que él es consciente de lo que hace, como si sus decisiones psicomotoras dependieran de su voluntad y racionalidad.

Dice que cuando la luz se apaga “es difícil porque tiene que memorizar la pelota”. La verdad es que él, el Ronaldo consciente y racional no tiene que hacer nada. La verdad es que el consciente de todo ser humano siempre intenta llevarse el crédito de nuestras acciones, pero tiene muy poco que ver en la mayoría de ellas.

Por otro lado, una voz en off o voice over sobre el video, nos explica que el cerebro de Cristiano Ronaldo tiene que hacer los cálculos de distancia, velocidad, altura, para saber en qué punto encontrarse con el balón. Como si el cerebro funcionara como una computadora.

La neurociencia actual ha demostrado que no es así. Ninguna parte de nuestro cerebro mide distancias, alturas o velocidades. El tiempo, energía y recursos que eso se llevaría serían poco prácticos para sobrevivir. Y lo más importante, si tuviéramos un cerebro capaz de hacer esos cálculos en una fracción de segundo, las matemáticas de la escuela no se nos dificultarían tanto. No, así no funciona nuestro cerebro.

La realidad que el cerebro construye internamente dista mucho de ser un modelo de autocad, con medidas y cálculos elaborados. El cerebro sólo traza una línea imaginaria por el que supone que va a ser el trayecto del balón.

Esta línea imaginaria está representada en el cerebro, por así decirlo, en dos dimensiones (2D) y no en tres dimensiones (3D). El cerebro busca que el cuerpo se mueva a una posición en donde esta línea imaginaria aparezca recta y horizontal en relación a la su propia posición.

Esta es la razón por la cual los que juegan en la posición de jardineros en el béisbol tiendan a chocar con la barda que limita el campo. Si su cerebro calculara la parábola, como lo sugiere el video de Ronaldo, calcularían con precisión el lugar donde la bola va a caer, y podrían saber con antelación que un muro les impide el paso.

Lo mismo pasa con el guardameta en el futbol. Si su cerebro calculara la altura, velocidad y distancia de la trayectoria del balón, el portero no tendría que acompañarlo o seguirlo con tanta desconfianza hasta pasar por arriba de los tres palos.

Y finalmente, el video es engañoso porque Ronaldo no pudo haber anotado al primer intento. Sin dudar de su capacidad, es muy posible que las primeras veces que intentó impactar el balón en la oscuridad, su consciente haya reaccionado ante la novedad de la situación, activado la vista y por lo tanto impedido a sus movimientos intuitivos o inconscientes ejecutar el remate a gol.

En esto, el entrenamiento del Jedi es correcto: Ronaldo tuvo que haber aprendido a no hacer caso a su ceguera y confiar en la Fuerza, en lo previamente aprendido por su cerebro.

Ante estímulos conocidos, nuestro cerebro es ciego. Sí, el cerebro humano no podría procesar toda la información que recibe del exterior en cada momento.

Lo que ha aprendido a hacer muy bien es a construir una realidad interna con base en muy pocos datos externos, usando la expectativa y la predicción. Mientras el exterior no cambie, el cerebro considera que no es necesario estar atento a esa información y por lo tanto se ahorra el tener que procesarla.

Es mucho más rápido y eficaz usar la información ya almacenada. La consciencia es utilizada por el cerebro sólo cuando las condiciones exteriores cambian, contrarias a las expectativas y predicciones.

Por eso es muy probable que en las primeras pruebas a las que fue sometido Ronaldo fueron omitidas en la edición final del programa mostrado ya que tenía que acostumbrarse a la novedad de rematar en la oscuridad, a ciegas. Lo interesante es que en realidad, su parte consciente siempre lo hace así.

A pesar de tener los ojos abiertos, su cerebro no ocupa la información que recibe de ellos a menos que el balón cambie de trayectoria o suceda algo muy excepcional. “Usa la Fuerza, Luke.”

Pero lo mejor de todo, y que el fragmento de este programa de televisión no revela, es que todo cerebro es superdotado, y no sólo el del jugador portugués.

Durante los últimos minutos en que has estado escuchando o leyendo este podcast o artículo, tu cerebro ha tenido que realizar una gran cantidad de trabajo sin que tu consciente se de cuenta, sin que tu tengas que percatarte de ello.

Pasar de los sonidos a las sílabas, de ahí a las palabras, significados, frases, párrafos, y de ahí a las ideas, es algo que no haces conscientemente.  

Y lo mismo sucede cuando manejas el automóvil o la bicicleta, te pones a cocinar, juegas con los niños, caminas o hasta respiras. Siempre hay una gran cantidad de trabajo que se hace sin que nos percatemos de ello.

¿Cuántas veces has respirado desde que empezaste este audio o texto? Hay una parte en tu cerebro que sabe respirar mejor que tú y se ha hecho cargo de esa labor desde el primer día que naciste. Tan grande es la sabiduría de nuestro cerebro.

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