Pasos de paloma: una vieja manera de hacer viajar al pensamiento

Hegel es el último filósofo sistemático. Es decir, el intento por construir un pensamiento filosófico que contestara todas las preguntas, o al menos orientara el camino para responderlas. Friederich Nietzsche es el primer filósofo que critica todo sistema. De hecho, renuncia él mismo a construir uno. Su filosofía, como la de Platón, comparte territorios con la narrativa, la literatura, la música y la poesía.

Nietzsche va de lo fragmentario a lo aforístico; de la autorreferencia a lo hipertextual; de un ligero cambio de opinión hasta la contradicción absoluta; de un pensamiento pequeño y profundo hasta la “idea más alta”; del apunte al margen de su diario hasta el “libro para todos y para nadie”.

En muy pocos temas y para muy pocos genios, la mera especulación es permisible. Nietzsche es uno de esos genios que se dedicó a uno de esos temas.

El siguiente aforismo lo tengo subrayado en mi ejemplar de Así habló Zaratustra desde la primera vez que lo leí. Todavía suelo darle vueltas y vueltas en mi cabeza. Tal vez es el aforismo el que me da vueltas. Lo cierto es que cada vez que lo leo me revela algo diferente.

En los últimos años he llegado a pensar que en este aforismo se encierra uno de los principios fundamentales de las sociedades organizadas en redes y de la autorreplicación de la información (las memes, Internet):

«Las palabras más silenciosas son las que traen la tempestad. Pensamientos que caminan con pasos de paloma dirigen el mundo.»

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